TANTRA: COMO HACER DEL SEXO UNA MEDITACIÓN

Cuando Osho nos habla de Tantra, va a la raíz de nuestro malestar. El sexo es la energía básica que impregna cada célula de nuestro ser; el sexo es nuestro origen y nuestro manantial. Sin embargo, a menudo se le trata con actitud de control, como energía a reprimir o como instrumento de dominación y explotación.

“el sexo es sólo el principio, no el fin. Pero si te pierdes el principio, también te perderás el final”

El Tantra dice: utiliza la energía sexual y transfórmala!. También dice acéptate tal y como eres, y esto es lo fundamental, total aceptación, porque solo así podrás crecer. Y para ello, puedes utilizar todas las energías de las que dispones, todas… y si experimentas cada energía con sensibilidad, consciencia, amor y entendimiento, se convierte en un camino hacia la no dualidad.

Cuando el sexo se transforma, se vuelve amor. En el Tantra se aborda el acto sexual como si entrases en un templo divino, como si fuera una meditación, sintiendo lo sagrado que ello contiene.

Para el Tantra todo es sagrado. Es el camino del femenino seas hombre o mujer, es para personas receptivas, pasivas, no violentas; es introvertido, es energía moviéndose hacia dentro.

“ en el instante del amor, el pasado y el futuro no existen…el amor te abre a infinito, a la eternidad de la existencia”

El amor viene a ser la experiencia más próxima en la cual estás relajado. Si no puedes amar, relajarte te resultara imposible, pero si puedes relajarte, tu vida será amorosa. Cuando estás en amor, el pasado y futuro no existe, solo puedes moverte en el presente, en el ahora, y entonces puede convertirse en una profunda meditación.

Pero, ¿cómo hacer del acto sexual una meditación?, pues rindiéndote, entregándote en ese acto sin pensar acerca de ello, dejando que suceda, dejándote llevar donde quiera que te lleve la energía, dejando que las cosas tomen su propia forma, y de ahí surgirá una armonía maravillosa. Porque cuando estás en ese instante, es cuando se te abre el camino hacia lo divino.

El sexo se puede volver una profunda percepción en el Ser aquí y ahora. Pero muchas veces, ni siquiera somos capaces de conseguirlo, cada vez que pensamos y nos centramos en el resultado, estando pendientes de cuantos orgasmos podremos lograr, de si al otr@ le gusta, de si eres un/a buen amante, de si te relajas lo suficiente o ayudas o no a que el otr@ se relaje, pendientes de tantos “síes” que nos perdemos el momento presente, que nos desvinculamos del cuerpo y de lo que estamos sintiendo.

Pero si te olvidas de todo y fluyes en el momento, acallando las mentes y dejando que los cuerpos se comuniquen a través de su propia sabiduría intrínseca, entonces te rindes a la experiencia de ese instante, y a través de esa entrega mutua se crea automáticamente la meditación.

Y si consigues sentir la meditación en el sexo, entonces tomas consciencia de que cuando quiera que te rindas, sentirás lo mismo. Y es tu rendición lo que crea la divinidad.

“Aprende como rendirte, y en el amor tienes una posibilidad natural de hacerlo. Ríndete y siéntelo, después deja que se extienda a todas las dimensiones de tu vida”

Texto inspirado en las enseñanzas de Osho

Prem Áditi