SENTIDOS Y PLACER

Aunque creemos conocer muy bien los sentidos que tenemos y sus funciones, el sentirlos puede no estar al alcance de todo el mundo porque, aunque de niñxs los hemos reconocido y disfrutado, y de adultxs los hemos dado por sentado, nos hemos dejado de asombrar de lo que nuestros cuerpos son capaces de sentir ante nuestra experiencia de vida. Sin embargo, es por medio de los sentidos que una persona es capaz de sentir, de vivir, y de saberse viva, porque es sólo por medio de la consciencia de los sentidos que se vive el placer.

En demasiadas ocasiones vemos como al hacernos adultxs parece como si dejáramos de sentir. Pero eso ocurre cuando dejamos que el día a día nos atrape en un mar de ocupaciones, yendo de aquí para allá, y entrando en las prisas y el estrés…, limitándonos así nuestra experiencia de sentir. Además, los condicionamientos recibidos pueden llevarnos a desarrollar la creencia de que buscar u obtener placer “está mal”, o bien sentir culpa por ello. Sin embargo, a través de la consciencia y estar en contacto con las sensaciones sentidas de nuestros cuerpos, nos empezamos a dar cuenta del cambio de rumbo que podemos hacer solo con pararnos y dejarnos sentir lo que está ocurriendo en el mismo momento en el que nos damos la oportunidad.

Cuando nos relacionamos afectivo-sexualmente, ya sea con nosotrxs mismos o con una pareja, este encuentro en sí mismo genera placer en función de tu capacidad de involucrar a tus sentidos y de permanecer presente en lo que esté aconteciendo.

Para ello, una herramienta importantísima es la respiración que te llevará a un estado de relajación. Si a eso le sumas el llevar tu atención a las sensaciones sentidas, entras en estado de Presencia, y sólo a partir de ahí la magia del amor y la conexión con el placer ocurre de una forma consciente.

Una buena ayuda para conectar con los sentidos es buscar tu propia comodidad, poner una música que te evoque, una luz que te inspire, un incienso o un aroma que abra tu corazón, saborear algo que te guste, mirar y dejarte mirar tanto si estas solx utilizando un espejo como si estás con alguien y os fundís en esa mirada. Y así, vamos encontrando los ingredientes necesarios para que el cóctel del amor y el placer funcione.

Abrir nuestros sentidos es estar en contacto con lo que está sucediendo en cada instante. Si me están besando, yo también estoy besando y llevo la atención a ese contacto, sintiendo la humedad, la temperatura, la textura, la suavidad o no, la intensidad o no, el fuego o no que puede despertarse solo en ese contacto… y a partir de ahí vamos ampliando. Si me están tocando, yo también estoy tocando, el contacto está en piel con piel, y entramos así en el órgano sensorial más grande que tenemos. Y seguimos llevando la atención a cada poro de nuestra piel, a cada parte de nuestro cuerpo, a cada mínima sensación… y eso requiere mucha Presencia y relajación para poder saborearlo todo, tu cuerpo, el de tu compañerx, para saborear la vida y vivirla de una forma placentera.

Cuando entramos en este lugar, cuando sabemos estar y experimentar desde este lugar, esto se extiende a la vida entera, donde un amanecer puede extasiarte, la belleza de una flor puede emocionarte, una buena comida te regala un sinfín de sensaciones, y puedes convertir todo en un disfrute que no acaba, tus amigos, una siesta, un libro, tomar el sol, sentir la lluvia sobre tu piel, meditar, la Nada….

Áditi

Fotografía: David Cohen